En la playa...[Libre]

Desde mi escondite, observé a esa muchacha que estaba sentada en la arena. Desenfundé mi arma y lentamente comencé a acercarme a ella entre las plantas, apuntándole. De pronto me di cuenta de que tenía un bebé en sus brazos. Automáticamente guardé mi arma y decidí acercarme a hablar con ella. Suponía que era una de las personas que venían en el avión del cual me había contado Danielle. Parecía inofensiva, pero yo ya sabía que a veces las apariencias engañaban.... Así que con una mano en la cartuchera, decidí acercarme a ella, para ver cuál era su reacción. Si era favorable, tal vez hasta podría encontrar una nueva amiga. Y si no lo era... Estaba lista para la acción.

-¡No te asustes! - Le dije, le vantando las manos. Tal como lo hacía mi padre. -Yo... sólo estoy... No te haré daño - Fruncí el ceño. ¡Ni siquiera sabía qué decirle! "hola, puedo ser tu amiga?". Esto no iba a funcionar si yo seguía de esta manera. En ese momento hubiera deseado comenzar todo de nuevo...
- Lo siento. Soy Vanessa. No te haré daño, sólo estaba curioseando. ¿Tú quien eres? ¿Eres del avión, verdad?

- Supongo que te refieres al grupo de bárbaros que habitan en la isla - dije revoleando los ojos- Solía estarlo, pero no, ya no estoy con ellos.
Luego de observarlo durante un rato, señalé al bebé con la cabeza y le pregunté ¿Es tu hijo, verdad? ¿Cómo se llama? Es hermoso...
Yo amaba a los bebés.

Me quedé observándola fijamente. Definitivamente no estaba disfrutando de mi presencia. De todas las actitudes que se me ocurrió tomar, decidí que iba a permanecer tranquila. Nunca había sido tranquila, pero aprendí a serlo viviendo junto a Danielle, quien necesitaba varias veces a alguien que la calmara.
Entonces me senté en la arena junto adonde ella había estado sentada antes. Y la miré, con una mirada que representaba simpatía y desafío a la vez.

Observé el mar por unos instantes y luego le respondí
-Sola... Totalmente sola... No estoy con mi padre, odio a la mayoría de "Los otros", como ustedes los llaman... Soy como Danielle, pero no busco hacerle daño a nadie. Simplemente estoy alejada de todos. Miré el mar de nuevo y agregué en voz baja-Creo que no encajo en nigún lado.

-Diecinueve... Me crié en la isla, la conozco como a la palma de mi mano.
Quién era ese muchacho con el que caminabas hoy? Le pregunté, refiriéndome al chico con el que la había visto hacía pocas horas en la playa.
-Su padre? Pregunté luego, refiriéndome al bebé.

Sonreí un poco al ver que mi pregunta la había incomodado. Entonces le pregunté acerca del tema que me venía preocupando hacía ya varios días:
- Conoces a Richard? Está con "los otros"... ¿Lo has visto últimamente?
Esperé con ansia su respuesta.

Su respuesta me puso muy triste, realmente esperaba que ellos supieran algo acerca de él... Se me llenaron los ojos de lágrimas y le respondí con la voz quebrada.
-Es sólo que... hace mucho que no lo veo- Una lágrima cayó por mi mejilla, me la sequé y proseguí- Richard es mi padre.

-Gracias- le dije. Era muy buena al decirme eso, pero a la vez no me gustaba que me consolaran, y me incomodaba que me vieran llorar. Yo era muy fuerte, pero extrañaba mucho a mi padre...
-Lo siento, pero.. debo irme- Al darme cuenta de que no podía contener las lágrimas, me paré bruscamente, tan rápido que sin querer la golpeé.
-Lo siento, lo siento mucho!- La ayudé a acomodarse apresuradamente y se me ocurrió una idea la cual le conté hablando muy rápido
-Hagamos un trato. Si los otros atacan su campamento y está Richard con ellos, dile que Vanessa necesita verlo. Sabiendo que me conoces no te hará daño. Y de paso él se entera de que lo estoy buscando.- Di unos pasos hacia atrás, le dije -Adiós- Y me fui caminando apresuradamente por la playa, enjugándome las lágrimas.