Donde estoy? (John)

-Bueno, siempre podemos ir a lo que has dicho, un bonito casino, con hotel de lujo, nosotros dos solos - comenzó a comentar en voz alta riéndose aunque despues se rascó la nuca.

-¿Mi vida antes? Pues de un simple soldado del ejército, antes de eso, cuando era crio, era un pandillero, pero bueno - dije tranquilamente.

-Pues sí, era un pandillero, ¿algún problema? - pregunté entre divertido y serio mientras ladeaba algo al cabeza. -¿Y tú que eras? - pregunté yo mientras ella tras un par de horas andando volvía a pararse. Suspiré ante su negativa de seguir andando y en cuanto pidió algo para comer, enarqué aun más una ceja.

-Pues, voy a ver que hay por aqui...

Se paró en seco y miró al frente, había un jabalí,,comiendo tranquilamente. Tomó su pistola y le disparó, matandolo en el acto.

-Tenemos carne para comer - anunció él mientras se rascaba la nuca y avanzaba algo más.

-Con que, hija de un mafioso... ¿italiano? - se lo creia, pero queria saber de que mafia hablaba, solo por el simple hecho de reirse algo. -¿Rusa? ¿Americana?

Dejó el jabalí delante de ella y sonrió con ironia y cierto triunfo.

-Pues o comes eso, o no comes nada, porque como verás, no hay arboles de frutas, tranquila, lo cocinaré antes - dije seriamente.

-Te querian matar... entiendo... bueno, aqui no te encontraran, y si cuando volvamos, te hacen algo, yo mismo les daré un par de golpes - dije con una sonrisa seguro de mi mismo.

-Si volvemos y me los encuentro les pego un tiro entre ceja y ceja, tenlo por seguro- dije seriamente mientras se agachaba y preparaba una hoguera, escuchando nuevamente una de sus preocupaciones.

-Mira, es de día, no nos veran, no hay ningún tipo de problema, tranquila - dije tranquilamente esbozando una leve sonrisa para tranquilizarla.

-Creeme, me caracterizo por tener las cosas muy claras - dije sonriendo, mirandola fijamente a los ojos y asentí varias veces. -No dejaré que una panda de matones a sueldo te vaya a matar, ¿capishi? - bromeé esto último de forma italiana.

Continue con la hoguera, para después, preparar dos palitos que fueran a sujetar otro mayor en el cual, iría el jabalí. Después, ella volvió a hablar, la miré, escuchando lo que decia y sonreí, antes de acercarme a ella y besarla nuevamente en los labios.

-Eh, no voy a dejar que te pase nada, ¿de acuerdo? - dije tras separarme de ella.

-Pues que te quede claro, porque desde luego, no te voy a dejar sola con unos mafiosos - dije seriamente mientras encendía un fuego y preparaba el jabalí para situarlo en el palo, después, lo dejó sobre el fuego haciendose.

-Entero, y así no te quejarás del asco que de, además, o comes eso, o te mueres de hambre - dije con total seriedad y tranquilidad.

Miré fijamente a Tylor, sin duda daba por supuestas muchas cosas. Continuó cocinando hasta que finalmente, el jabalí ya estaba y miré fijamente a Tylor.

-Bien, o comes de esto, o no comes, pues por esta zona no hay arboles frutales, tú verás - dije seriamente.

-Joder, al menos pruebalo... - dije seriamente mientras cortaba un trozo y se lo llevaba a la boca. Riquísimo. Pero fue entonces cuando ella amenazó con adentrarse en la selva a buscar otra cosa.

-¡Eh! ¡Vuelve aqui! - dije seriamente mientras me levantaba e iba tras ella. Al final, me quedaria sin comida y todo para proteger a una chica con ciertos aires de grandeza para que no le pasara nada.

Farfullé y maldije mientras avanzaba, aunque fue entonces cuando oí los gritos y maldije nuevamente corriendo hacia su posición. Estaba al borde de un precipicio de aquellos lares, farfullé mientras me agachaba y le tendía la mano con fuerza.

-Coge mi mano, joder, ¡y creeme, después de esta, me debes una! - grité esperando que ella cogiera su mano.

Farfullé, estirandome algo más, finalmente pudiendola alcanzar y cogiendola con fuerza de la mano. Comenzó a tirar de ella, subiendola y quejandose del esfuerzo y de dolor hasta que finalmente logró subirla, respirando de forma pesada y entrecortada.

-Joder, nunca me acostumbraré a estas cosas

Suspiré, mientras la abrazaba con fuerza y escuchaba sus lamentos y a la par su disculpa. Por una parte, la perdonaba, pero por otra, sin duda, estaba maldiciendo lo orgullosa que era Tylor, me limité a acariciar su pelo y su rostro para tranquilizarla y unicamente me limité a decir.

-La próxima vez, te comes el jabalí - bromee divertido, mirandola fijamente a los ojos, esbozando una leve sonrisa.