Donde estoy? (John)

Suspiré mientras comenzaba a bajar lentamente y volvía a decir con la suficiente voz como para que se me oyera.

-Lanzalo con fuerza contra una roca - suspiré mientras descendía lenta y seguramente, suspirando ante la idea de que tendría que aguantar idioteces similares durante tooodo el dia.

En cuanto bajó, suspiró, sacudiendose las manos y secandose el sudor de la frente, aquella pequeña escalada le recordó a sus dias del ejercito, pero bueno. Tomó aire y se acercó a ella y miró el coco, antes de cogerlo con ambas manos y estamparlo con fuerza contra la roca, rompiendolo y perdiendo algo del liquido que llevaba dentro.

-Ahi tienes, que disfrutes - dije tranquilamente.

Me senté en el suelo, pensando y suspiré, mientras la observaba comer y después cogía un cuchillo para después, antes de que ella se ofreciera, cogiera una mitad y comenzaba a comer utilizando aquel cuchillo que tenia.

-Tranquila, ya lo tenia pensado, después, ya veremos donde nos vamos, aunque, optaria por ir a la playa o a algun sitio donde dormir. -. contestó él.

Él comió tranquilamente y acabó bastante rapido, sin percatarse de como de observado estaba siendo por la chica. Suspiré mientras hacia crujir mi cuello y después, ella volvió a hablar, escuchandola nuevamente.

-Tranquila, estoy acostumbrado de las misiones de rescate del ejercito, asi que tranquila, sin problemas, no me des mucho la tabarra y ya está

Enarqué una ceja ante su reacción, su mirada, era fulminante y ensegida, se levantó exaltada y comenzó a gritar. El joven la escuchó, entre divertido e irónico aunque, cuando ella se echó a llorar en una roca, se sintió algo mal, y suspiró. Acercandose a ella y poniendo su mano en su hombro.

-No esperaba que te lo fueras a tomar tan mal, lo siento, ¿vale? - suspiro, acariciando su hombro. -Tampoco quiero estar solo - se rie.

-Mira, al principio serás como yo cuando llegue aqui, no sabía que hacer, ni como reaccionar, y me sentía igual, después, eso cambió, es cuestión de tiempo, preciosa - dijo incorpoandose algo y despues estirandose. -Dudo que podamos llegar a la playa antes del anochecer, y creeme, no me gusta la idea de caminar de noche por la selva, tu verás si paramos

-Bueno, en ello están creo, recien si mal no recuerdo vino un barco pero... no me fio sinceramente, nadie ha podido llegar aqui antes... - suspiré.

-¿Tú te quieres ir? Me he acostumbrado y bueno, me daria pena dejar este sitio - se encoge de hombros y niega con la cabeza.

-Respecto a dormir, no sé donde sinceramente..

-Oh, entiendo, hmmm, supongo que yo también añoro mi hogar, Nueva York, ¿sabes? Aunque bueno, yo vivía en un barrio marginal, tal vez pudiera empezar en otro sitio - comentó él pensativo, aunque cuando ella preguntó por el barco se encogió de hombros.

-Para dormir, tranquilos, pues, mejor aqui, en alguna cueva o algo del monte, si no, estamos jodidos, porque podrian encontrarnos

Comenzó a descender el monte, y encontraron una pequeña caverna entre las rocas. John tomó su pistola y entró en ella, tomando una cerilla de una caja y encendiendola para ver algo. Comprobó que no había nada y se adentró en ella.

-Vale, aqui podemos descansar, no enciendas ninguna hoguera para que no alertemos nuestra posición a algun indeseado, ¿vale?- comentó él antes de oir su comentario.

-Hmmm, bueno, dormir en compañia de una mujer ya lo he hecho alguna vez, asi que

-Si, tendremos frio, creeme - suspiré mientras la miraba, aun en la oscuridad, aunque la podía distinguir algo, suspiré, aunque después, contestó a su atrevido comentario.

-Pues creeme, lo menos un año, ya me gustaria a mi repetir...- dijo guiñando un ojo mientras suspiraba.

-Cierto, ¿verdad? - suspiré mientras la miraba fijamente, aun en la oscuridad, sabia que estaba ahi, y suspiré rascandome la nuca, acomodandome en el sitio. Noté su mano en mi brazo y enarqué una ceja.

-Pues, no, no tengo nada con que taparnos, asi que habrá que tirar del ingenio - suspiró.

-Ya conseguirás algo de ingenio, ya verás - notó como algo se movia hasta que finalmente estaba cerca de él, sin duda alguna, era ella. Preguntó sobre si le molestaba y el no pudo evitar soltar una pequeña carcajada.

-Hmmm, no, creo que no me molesta- dijo entre cómico y divertido.

-No me rio porque tengas frio, no soy tan cruel - contesté con total tranquilidad, aunque después, ella se apartó nuevamente y suspiré, acurrucandome yo al lado de ella tras oirla tiritar y farfullar en voz baja.

-Tranquila que no me molesta, anda, acurrucate contra mi no te vayas a coger una neumonía o algo así